Anoche recordaba con mis amigos Óscar, María y July la madrugada en la que en el programa de la cadena SER, "Hablar por Hablar", no me dejaron idem por idem. Yo veraneaba en El Palmar y un martes cualquiera crucé el estrecho y tuve el gusto de conocer Tánger. Tuve el gusto también de coincidir en esa ciudad con Mohamed VI, Rey de Marruecos. Yo pasaba la tarde en el Zoco; él en su palacio de verano. No menos de mil miembros de las fuerzas de seguridad marroquíes vigilaban cada esquina y cada plaza. Más de otros mil vigilaban los alrededores de la mansión. Hace tiempo un veinteañero natural de Casablanca me confesó que en su país los ricos eran mucho más poderosos que en España, y los pobres mucho más miserables. No hay más que darse una vueltecita para que un niño de seis años se arrastre a por tus euros o una anciana de ochenta y seis te venda pescado podrido con moscas. Y a pocos metros todo el lujo del planeta junto. En el cole nos enseñaron a multiplicar, y también a dividir. Esto está muy mal dividido.
Simplemente quería expresar mi opinión en este tema y que el resto de los oyentes expresaran la suya. Tras tres largos cuartos de hora (tan largos como se te pueden hacer a las dos de la mañana) una chica de "Hablar por Hablar" respondió mi llamada. Me preguntó algunos datos personales y el tema que quería abordar. Le conté lo que os he contado. Me dijo que en el programa no aceptaban temas políticos y que no podían meterme en antena.
¿Política?- me sorprendí- Esto es la puta vida real.
Los yates de la foto supongo que jamás serán nuestros.
(La foto es de Marita López de Vega- no es Tánger, es Saint-Tropez-).
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